Enmascarado en el fin de semana –¿esconden algo?– el BOE oficializó el sábado 1 de febrero la decisión del Ministerio de Industria de incrementar los peajes de la factura de la luz, subiendo en un 18% el término de potencia contratada y penalizando, de esta forma, a quien consume menos.
A través de una orden ministerial por la que se revisa el coste de producción de energía eléctrica y el precio de la factura de la luz para el pequeño consumidor, Industria ha incrementado el término de potencia de la Tarifa de Último Recurso (TUR) –que ahora se llama Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC)– en un 18%, lo que supone una subida en el recibo de hasta 42,04 euros por kilovatio (kW).
El término de potencia del recibo de la luz fue modificado por última vez en agosto de 2013, cuando se aprobó una subida generalizada de la TUR del 1,2%.
La comercializadora de energía renovable Holaluz.com –ganadora hace dos meses de la subasta colectiva organizada por la OCU–, señala en su web que “el objetivo del aumento en el precio de potencia es una nueva medida de la reforma energética pensada para mantener el sistema, que, además, perjudica a quien menos consume”.
Aunque el precio de energía (el que se multiplica por los kWh consumidos) ha bajado ligeramente, el notable ascenso del precio de potencia no se puede evitar consumiendo menos. Esto resta valor a cualquier medida de eficiencia energética que se tome para utilizar la energía de manera óptima. También perjudica, como señala Holaluz.com, “a las segundas residencias u otros suministros en los que se consume poco (..), mientras que en los que potencia y consumo estén más equilibrados apenas se apreciará”.
El Ministerio de Industria ha emitido un comunicado en el que señala que la modificación de la estructura del componente regulado de la tarifa se ha llevado a cabo “con el objetivo de que se reduzca la factura eléctrica de los grupos de mayor consumo, como son las primeras residencias y especialmente las familias con hijos, unos colectivos penalizados por la anterior estructura de los peajes de acceso”.
Industria asegura que este cambio “no supone un incremento de la factura, sino una transferencia entre consumidores eléctricos a favor de aquellos que más consumen”. Pero lo cierto, es que la medida beneficia especialmente también a los consumidores con mayor capacidad adquisitiva que no tiene por qué preocuparse del consumo (con hijos o sin ellos) en detrimento de los usuarios con más problemas para llegar a fin de mes como parados o jubilados, que intentan reducir al máximo su consumo para ahorrar.
El verdadero objetivo que persigue el Gobierno es asegurar a las compañías eléctricas unos ingresos fijos elevados para compensar la caída del consumo por la crisis económica.
Ya está bien de eufemismos y de tratarnos como si fuesemos tontos.
Fuente: Energías Renovables . com