La primera ventaja del autoconsumo es el ahorro: al producir parte de la energía consumida, la factura eléctrica se puede reducir un 60-80%. Si además tenemos en cuenta la subida continuada de los precios de la electricidad (un 70% desde 2005), producir energía eléctrica con paneles solares es ya más rentable que comprarla a una compañía eléctrica.
Una segunda ventaja del autoconsumo es que, como la electricidad no recorre grandes distancias, se evitan las pérdidas de energía en la red. Conviene recordar que, con el actual modelo de generación centralizada, un 10% de la energía eléctrica se pierde durante el transporte y la distribución, con un coste anual de 2.000 millones de euros.
Un tercer beneficio del autoconsumo energético es que la producción se realiza con energía renovable, lo cual reduce el uso de combustibles fósiles y la dependencia energética. En este sentido, la energía solar fotovoltaica se presenta como la fórmula más adecuada para generar electricidad destinada al autoconsumo en los hogares por varios motivos: su avanzado nivel de desarrollo, que permite conectar directamente las placas solares a la red doméstica; su reducido coste, ya que el coste de los paneles solares ha caído un 70% en los últimos cuatro años; y el hecho de que la electricidad se produce de día, que es cuando más se consume. Cuando existe recurso, el autoconsumo también es posible con otras energías renovables como la minieólica, o la biomasa.
En cuarto lugar, el autoconsumo fomentará el empleo y la actividad económica en el sector de las energías renovables. Su implantación aumentará la demanda de paneles solares y permitirá la creación de empresas locales de servicios energéticos para instalar y mantener las centrales domésticas. Ahora que las primas a las energías renovables se han suprimido en España, el autoconsumo puede asegurar el futuro del sector.
Por último, permite un ahorro a través de las emisiones de CO2 evitadas y facilita alcanzar los objetivos medioambientales del país en la lucha contra el Cambio Climático.