El desarrollo del autoconsumo solar fotovoltaico en España es cuestión de tiempo. O eso dicen los expertos. Lo que está claro es que, una vez más, España llega tarde. ¿Por qué? Es una pregunta con una respuesta complicada pero el caso es que estamos en 2015 y no hay una regulación al respecto. El Gobierno hace casi un año que presentó el borrador sobre autoconsumo solar fotovoltaico, y todavía no se sabe nada de él. Dicen que para este primer trimestre pero ya está avanzado febrero y nada.
El autoconsumo solar fotovoltaico es ya una realidad imparable en el mundo. Muchos países tienen ya regulado esta forma de autoabastecerse de energía, y en otros tantos se ha desarrollado de una manera inimaginable. Por ejemplo, en EEUU ya se genera el 7% a través de las placas solares en los tejados de los hogares y pymes. Según Bloomberg, la financiación de proyectos de autoconsumo solar fotovoltaico alcanzó los 73.000 millones de dólares en todo el mundo, un crecimiento del 34% respecto a 2013. Y se espera que en 2015 esta cifra se dispare.
En España existe un gran problema y es que por mucho que se regule no se va a desarrollar como en otros países del entorno. Existe el denominado peaje de respaldo o impuesto al sol. Una tasa tan alta (unos 70 euros MWh) que haría inviable cualquier proyecto. Dicho peaje sería por utilizar el servicio de la red en el caso de que la instalación no genere lo suficiente para el consumo del hogar.
No es algo nuevo. El impuesto se pone en otros países, pero de una cuantía muy inferior a la que se quiere hacer en España, de tal manera que no se frena o paraliza su desarrollo. Es más, se incentiva a ello, pero en nuestro país no quieren pasar por ahí. Y quienes no quieren pasar por el aro son las eléctricas. Este miércoles, en el XII Encuentro Energético del IESE, el director de Regulación de Iberdrola, Julio Castro, se explicó a las mil maravillas sobre el imparable recorrido que tiene el autoconsumo solar fotovoltaico.
“Bienvenido sea el cambio tecnológico”, pero “de alguna manera hay que retribuir al sistema”. “Disponer de las redes tiene un coste y hay que pagarlo”, decía en una mesa debate sobre el papel del consumidor-cliente en el contexto actual de la energía. A Castro el concepto de peaje de respaldo no le llega a convencer, prefiere que se pague una retribución por un determinado uso de las redes.
Pero no son los únicos que se han pronunciado al respecto. Por ejemplo, el presidente de Unesa, Eduardo Montes, ha dicho en más de una ocasión que los costes de engancharse a la red hay que pagarlos. En términos parecidos se han pronunciado el ministro José Manuel Soria y su mano derecha el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, que incluso asegura que el Gobierno no impone nada y que no se trata de ningún impuesto.
Ahora, la pregunta sería. ¿Por qué se quiere retrasar el desarrollo del autoconsumo solar fotovoltaico? ¿Por qué se quieren poner restricciones a la libertad de decisión de un ciudadano? En la misma mesa de debate en la que participó Luis Castro estaba el presidente de Ferroatlántica, Pedro Larrea, una de las empresas que más consume energía en nuestro país. Larrea criticó la postura de Iberdrola ya que no entendía por qué el cliente tenía que pagar por engancharse a la red. “Si el autoconsumo solar fotovoltaico aumenta es porque es más eficiente que otras tecnologías, si no fuera rentable no avanzaría tanto”, dijo.
Pero no se quedó ahí. “No se pueden poner restricciones al desarrollo del autoconsumo solar fotovoltaico”, afirmó con rotundidad.
Minutos antes, el consultor David Robinson, del Institute for Energy de la Universidad de Oxford, explicó en una conferencia en ese mismo encuentro que el desarrollo del autoconsumo solar fotovoltaico es imparable. “El consumidor es ahora competidor directo de las utilities”, dijo y “está aportando valor añadido al sistema”. Ahora el cliente es quien toma las decisiones, “tiene derecho a elegir” y su apuesta es clara, autoabastecerse de energía. Como hacen en muchas partes del mundo, incluso buena parte de las empresas.
Pero el autoconsumo solar fotovoltaico en España no se queda ahí. Al igual que en otros países del mundo, posee muchas ventajas económicas. Por ejemplo, el autoconsumo solar fotovoltaico y la energía distribuida a partir de las energías renovables, podrían crear un número importante de empleos directos (79.111) e indirectos (56.668), según las conclusiones de un estudio del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) de CCOO. “La ejecución de este plan supondría una producción de electricidad anual en el décimo año de 28.401 GWh, el equivalente al consumo de 8,14 millones de hogares”, explicaron lo autores del estudio.
Estos datos ayudarían y mucho a la industria fotovoltaica, principal catalizador del desarrollo del autoconsumo solar fotovoltaico. En España, la industria esperaba que se convirtiera en la gran tabla de salvación del sector. Así sería, pero las trabas que se quieren poner decaen el ánimo de los productores y consumidores. Es tanta la desesperación del sector que esta norma, antes de que la apruebe el Gobierno, se ha llevado a la Comisión Europea y ante el Defensor del Pueblo para que no salga a la luz una norma con esas restricciones.
La pelota está en el tejado del Gobierno que tiene que sacar adelante la regulación. Ya ha dicho por activa y por pasiva que se pondrá el peaje de respaldo. Ahora solo toca esperar si ese peaje es el que avanzaron o lo reducen para que se pueda desarrollar con un mínimo de seguridad y rentabilidad.
Por cierto, en el encuentro del IESE, el CEO de Endesa, José Bogas, dijo que “el futuro son las renovables”.
Fuente: El periódico de la Energía