Un hogar medio “desperdicia” hasta mil euros anuales en energía, lo que equivale a 20.000 millones de euros en toda España: un mal dato que sitúa a nuestro país a la cola de la eficiencia energética en Europa, teniendo en cuenta además que importa más del 80% de su energía.
Con motivo del Día Internacional de la Eficiencia Energética celebrado ayer, los expertos coinciden en que hay mucho camino por recorrer en lo referente a eficiencia energética, fundamentalmente en el sector residencial, que consume el 25 % de la energía eléctrica y el 17 % de toda la energía final del país.
Uno de los datos que arrojan luz sobre esta situación es el ofrecido por las empresas de servicios energéticos: estiman que cada hogar medio español tira por la ventana mil euros al año en energía.
“Si hay alrededor de veinte millones de hogares son 20.000 millones de euros que España podría ahorrar”, indica Rafael Herrero, presidente de la Asociación de Empresas de Servicios Energéticos, cuyo negocio es lograr unos ahorros energéticos para sus clientes, garantizados mediante contrato.
Su casi centenar de compañías asociadas, pese a su “escasa visibilidad”, han logrado “despegar”: en 2013 facturaron 1.100 millones de euros y en 2014 prevén superar los 1.600 millones.
Los profesionales entrevistados coinciden también en que el actual momento es “clave”, pues en junio próximo acaba el plazo para adaptar la nueva ley europea a la legislación nacional.
La norma europea es “ambiciosa e impone requisitos muy fuertes; por ejemplo, obliga a realizar auditorías energéticas, a implantar sistemas de gestión energética a ciertas empresas y a renovar todos los años el 3 % de los edificios públicos”, explica Manuel Sayagües, presidente de la Asociación de Empresas de Eficiencia Energética.
Tanto Herrero como Sayagües coinciden en recalcar que España está a la cola de los países europeos en eficiencia energética, y el parámetro que mejor lo refleja es la intensidad energética (la relación entre el PIB y el consumo energético; cuanto más alto, mayor es el coste en la conversión de la energía en riqueza).
Desde 2004, este índice “se acerca a la media europea, algo en lo que también ha influido la crisis. Estamos por encima de la media, pero acortando”, explica a su vez Francisco Valverde, presidente de la Asociación Nacional de Ahorro y Eficiencia Energética.
El mayor porcentaje de potencial de ahorro se da en el sector residencial y terciario (hoteles, comercios…) y sus errores “más habituales” son los malos cerramientos y los sistemas de climatización y las calderas de combustión pocos eficientes, indica por su parte Manuel Sayagües.
Según técnicos y arquitectos, una de las claves de la eficiencia energética en el caso de las viviendas es la llamada “envolvente”, fachadas y cubiertas, cuyo aislamiento puede procurar hasta un 50 % de ahorro a la edificación.
En el otro extremo, el sector industrial “está muy al día”, ya que el coste de la energía es uno de los más elevados de su negocio y resulta clave para su competitividad.
Por otro lado, el presidente de la Asociación Nacional de Ahorro y Eficiencia Energética considera que en España otro problema es el de “los oligopolios de facto, muy relacionados con la política, que lo que intentan es todo lo contrario: no ahorrar energía”.
Al respecto, pone el ejemplo de los contadores inteligentes -cuya implantación está prevista para 2018-, que “serán inteligentes para unos pocos (las eléctricas) y tontos para la mayoría (consumidores)”. Con ellos, las compañías verán el detalle “tus hábitos de consumo en tiempo real, pero al consumidor no le va a valer para nada”.
“No se han tenido cuenta ni las necesidades ni las ventajas que para el consumidor pueda tener. Se lo han comido todo Gobierno y eléctricas, las únicas con las que se ha reunido”, ha añadido.
Según los últimos datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, el hogar medio consume 10.521 kWh, con dominio del consumo de combustibles respecto a la energía eléctrica.
Fuente: EFEVerde